El socialismo pequeñoburgués y las teorías de las “opresiones”

El socialismo pequeñoburgués y las teorías de las “opresiones”

Estas teorías recalentadas dieron lugar a teorías de “opresión” en las universidades norteamericanas, que están dominadas por la burguesía imperialista.

La crítica concreta e ideológica de las teorías pequeñoburguesas representa uno de los aspectos fundamentales de la lucha revolucionaria. El debate sobre el socialismo pequeñoburgués tiene como principal objetivo iluminar a los activistas revolucionarios y representa un aspecto central de la lucha por la construcción del partido obrero revolucionario.

Hoy en día, las llamadas teorías sobre la “opresión” están de moda en las universidades.

El marxismo se opone a estas teorías reaccionarias y conservadoras y considera la crítica concreta e ideológica de las teorías pequeñoburguesas como uno de los aspectos fundamentales de la lucha revolucionaria.

Es necesario analizar el proceso político relacionado, mostrando la naturaleza y origen, y avanzar en la crítica ideológica ya que se trata de criticar las ideas con las que las personas representan el movimiento real.

El movimiento estudiantil fue cooptado por la burocracia universitaria y por ello surge la férrea defensa de la política de que los profesores deben controlar la universidad.

La lucha política plantea la necesidad de que los revolucionarios tengan un programa contra la universidad burocrática; contra la corrupción de las becas y la financiación de la educación por parte de los grandes capitalistas.

La adaptación de la izquierda pequeñoburguesa al ala “democrática” del imperialismo tiene su origen en Lassalle y Proudhon.

La lucha real se transforma en una lucha secundaria y de palabras.

  • La “antihomofobia” convierte la forma en que tenemos relaciones sexuales en el centro de la libertad humana. (Claro, para quien tiene su vida resuelta, puede pagar todas sus cuentas, tiene 2 autos, sale de vacaciones fuera del país todos los años y tiene su casa propia este podría ser el centro de la lucha pro su libertad absoluta «digamos». Pero para el pobre, si bien es importantísimo también la lucha por su sexualidad, ser libre en este punto cultural, no lo hace libre 100%, sigue siendo explotado, pasando hambre…)
  • El feminismo burgués, el vegetarianismo, la “contracultura” y el antirracismo intrumentalizado por la burguesía defienden que sus particulares luchas, separadas cada una de la otra liberarán a la persona, la emanciparán.

La supuesta lucha contra el racismo y el machismo se transforma en una lucha por el lenguaje, donde algunas palabras quedan prohibidas e incluso castigadas por el estado burgués.

Mientras tanto cambiamos de palabras, mujeres en palestina dan a luz y son operadas sin anestesia. Niños son amputados despiertos, con apenas, un paño sucio y un piso mojado de sangre.

Teóricos burgueses como Habermas teorizaron sobre el “diálogo con las masas”, donde las palabras adquieren una importancia crucial. Con el llamado posmodernismo surgió la teoría de la “deconstrucción”.

En lugares donde los partidos de izquierda pequeñoburgueses no operan para imponer estas ideas, la derecha aparece con el mismo discurso.

El origen de las teorías de la “opresión”

A finales de la década de 1950 surgió una corriente ideológica que daría origen a la llamada “contracultura”.

Buena parte del trotskismo estuvo influenciado por la corriente intelectual anarquista de la Escuela de Frankfurt. Mandel tiene responsabilidad directa en el origen del morenismo.

Los movimientos estudiantiles de 1968 fueron luchas contra esta dictadura, contra el estrangulamiento de la capacidad de pensar y, por tanto, contra la burocracia universitaria.

La Escuela de Frankfurt fue impulsada a la vanguardia, principalmente con Marcuse, quien defendía perlas ideológicas como que la revolución debía ser el cambio cultural y biológico del ser humano.

La teoría absolutiza la Teoría de los Instintos de Freud, que considera que la civilización se forma sobre la represión de los instintos.

Marcuse apoyó a los estudiantes en 1968, pero el resto de estos intelectuales burgueses estaban radicalmente en contra, e incluso los etiquetó como fascismo de izquierda.

El estructuralismo y el postestructuralismo jugaron el mismo papel.

Estas teorías recalentadas dieron lugar a teorías de “opresión” en las universidades norteamericanas, que están dominadas por la burguesía imperialista.

Un sector de la burguesía, al ver que no era posible dominar a la intelectualidad burguesa sobre la base de la religión, promovió el control a través de teorías más elaboradas.

La burocracia impone esta ideología a través de esta estructura de poder burguesa y ellos pasaron a formar parte de la ideología estatal, de la misma manera que había sucedido en la época de Karl Marx con el hegelianismo.

La lucha entre las alas izquierda y derecha de la burocracia universitaria no es más que competencia, una lucha dentro del Estado, dentro de la burocracia estatal, para que predomine la ideología misma.

La mayoría de los docentes de la red estatal son abiertamente conservadores o de derecha.

Todos los mecanismos ideológicos pueden utilizarse en beneficio de una ideología determinada. Cuando la burguesía hace algo, se lo apropia como método de dominación.

El Estado democrático burgués, por ejemplo, tiene una enorme complicidad con el nazismo, que fue derrotado, pero todo lo que la burguesía consideraba importante, lo incorporó.

La burguesía lo tomó como una experiencia adquirida y formó el aparato represivo actual. Lo mismo puede decirse de los métodos para controlar el movimiento obrero por parte de todas las dictaduras en América Latina o contra el movimiento colonial en África.

En otras palabras, lo que se está diciendo es que el enfoque no debe ser en contra de las mujeres, la comunidad LGBTQAI+ o el movimiento antirracista. Lo crucial es no perder de vista la perspectiva de clase y la constante opresión que ha llevado a que estos movimientos sean instrumentalizados. Existe una necesidad de reconocer que dentro de estos movimientos existen intereses diferentes e incluso opuestos. Por ejemplo, en el movimiento feminista o LGTBI, se observa claramente cómo grandes empresas capitalistas como el Banco Santander o Coca Cola utilizan el «Pinkwashing» o el feminismo liberal para influir en la dirección del movimiento mediante el financiamiento de diversas iniciativas, conferencias y ONGs.

Además, movimientos sociales masivos como Black Lives Matter en Estados Unidos o el movimiento de mujeres en España fueron en gran medida cooptados detrás de la idea de apoyar al «mal menor» electoralmente. LLevando por ejemplo a Biden, el señor de la guerra. Si se hubiese estudiado su política, y no se hubiese fijado por demagogia o políticas pequeño burguesas como apoyarlo por ter como vicepresidente a kamala Harris, el descontento sería mucho mayor al pueblo no tener una verdadera opción para las votaciones.

¿Como son mujeres, o sectores oprimidos debemos acatar por ejemplo la política imperialista y genocida en Palestina?

Los revolucionarios rechazamos las teorías de la «opresión» y las caracterizamos como infiltración de la ideología burguesa en los movimientos de lucha. Más concretamente, es una política operada a partir del imperialismo norteamericano, específicamente por el Partido Demócrata.

Rechazar la teoría e la «opresión» no es rechazar las luchas particulares de los diversos sectores, al contrario, es un llamado a la unión de las diversas necesidades y la busqueda de su verdaderas resoluciones permanentes en el tiempo. Cuando hablamos con nuestros compañeros, camaradas y hermanos, no vemos genero, raza, etnia, país de origen, vemos apenas, hermanos de clase. Personas que al igual que Yo, tienen la necesidad de superar la explotación en pro de la verdadera emancipación, de una libertad duradera, de un mundo que no gire en torno al lucro, sino a la satisfacción de ser humano, al crecimiento como humanidad.

COMPARTIR:

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn

Deja un comentario

Plataforma Latino Americana