El nuevo fascismo ¿puede repetir las atrocidades del fascismo «clasico»?

El nuevo fascismo ¿puede repetir las atrocidades del fascismo «clasico»?

Auschwitz fue el mayor campo de exterminio, con tres subcampos, donde se vivieron horrores inimaginables. La extrema derecha actual rara vez reivindica el nazismo abiertamente, pero sigue utilizando propaganda demagógica contra inmigrantes y minorías para ganar apoyo.

El campo de exterminio de Auschwitz fue la máquina industrial de asesinato en masa más grande que el mundo haya conocido. 

Había tres campos. El primero es el que aparece en las películas. Hoy en día existen varios conjuntos de edificios, uno al lado del otro, completamente reconstruidos, y con exposiciones en varios de ellos. El clima que se vive en el lugar dista mucho de lo que era la realidad, pues existen varios testimonios de sobrevivientes. 

El Campo 2 es horrible en todos los sentidos.Berkinau está a sólo unos kilómetros del Campo 1.

El área es gigantesca, de varios kilómetros cuadrados. Estaba llena de cámaras de gas, crematorios, lugares para quemar prisioneros al aire libre, etc. La única revuelta armada en campos de concentración tuvo lugar aquí, cuando un grupo de 450 polacos, presos políticos encargados de deshacerse de las cenizas de los incinerados, se enfrentaron a las SS.

La extrema derecha es como un perro rabioso. Está encadenado y cuando entra en escena, resulta difícil controlarlo.

Alemania Nazi

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Palestina hoy

La propaganda demagógica de la extrema derecha

La extrema derecha europea rara vez reivindica el nazismo. Lo máximo que puede hacer es compararlo con el estalinismo para decir que Stalin habría matado a tanta gente como Hitler. 

Las clásicas banderas enarboladas son el rechazo de los inmigrantes, especialmente los gitanos y otras minorías, contra la Unión Europea y contra los planes de austeridad. Sobre este cimiento, intenta establecer una base electoral, principalmente en la clase media, aunque debido a la decadencia en que se encuentran los antiguos partidos obreros y la burocracia sindical, obtiene alguna penetración en el medio de trabajadores.

Aún no han aparecido grandes milicias fascistas en Europa. Algunos intentos han fracasado. 

En Grecia, Aurora Dourada necesitó un poco de ayuda del Estado para evitar ser masacrada, luego de que algunos de sus miembros asesinaran a un conocido rapero. Pero la demagogia fascista no debe confundirse con el carácter de clase del fascismo.

El fascismo representa la ideología de la clase media desesperada ante la agudización de la crisis capitalista. 

Intenta promover el apoyo reclutando elementos de clase media y lumpens, que están en los márgenes de la sociedad, con el objetivo de promover tropas de choque que le permitan llegar al poder. Esto ocurrió en Italia, Alemania y, más recientemente, en el 2014, el caso clásico se vio en Ucrania.

Cuando el fascismo llega al poder, apalancado por el apoyo económico del gran capital, rápidamente se burocratiza y comienza a depender del aparato estatal. 

Hitler, en poco tiempo, liquidó las SA y las reemplazó por las SS. 

En el Estado Novo (1937-1945), en Brasil, Getúlio Vargas dejó de lado el integralismo, que era la versión brasileña del fascismo, parecido con el papel que cumple hoy el Bolsonarismo. 

En Ucrania, los actuales seguidores de Stepan Bandeira fueron contenidos por el imperialismo europeo y norteamericano, a pesar de ocupar varios cargos muy importantes en el gobierno, principalmente  el partido de extrema derecha Svoboda y los varios batallones de choque neonazis, como el Azov o el Kraken.

Un nuevo colapso capitalista en el próximo período

Para el próximo período se plantea un nuevo colapso económico de dimensiones mucho mayores que el de 2008. 

La deuda pública ha alcanzado niveles es un fenómeno que se espera que siga creciendo en el próximo período. Se siguen utilizando altas dosis de demagogia. 

Hitler también utilizó la demagogia en altas dosis, tal como se utiliza hoy en día quizás en dosis mayores. Este no es un problema moral, sino un problema objetivo y material, que tiene su base en la economía.

La pacificación de las masas, tal como la conocemos hoy, inevitablemente será cosa del pasado en el futuro. 

¿Cómo puede contenerlo la burguesía? La respuesta está precisamente en el fascismo porque actúa en el movimiento de masas y expone menos a los organismos represivos, reduciendo así el riesgo de división y colapso.

La única manera eficaz de enfrentar al fascismo es en las calles. 

Quienes pueden afrontarlo son los trabajadores que representan la abrumadora mayoría de la población. Pero para ello necesitan despertar. Y el mejor despertador es la agudización de la crisis económica.

Con el aumento de la presión sobre los trabajadores la tendencia es a estallidos sociales y a el aumento del movimiento huelguístico, tal como lo estamos observando hoy. Cuando el agua de la presión social sube mucho, la situación material impulsa a la clase trabajadora a luchar. 

La burguesía intentará utilizar el fascismo contrarrevolucionario para contener la revolución. Pero la contrarrevolución y la revolución andan de la mano, rumbo al enfrentamiento abierto de las clases

sociales antagónicas. Se trata de um fenómeno histórico que no depende de una u otra persona. 

La rueda de la historia avanza para adelante.

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