Perú: un levante popular no controlado

Perú: un levante popular no controlado

El gran estallido popular incontrolable del heróico pueblo de #Perú. Cada vez más y más los estallidos serán la "nueva normalidad". Entienda el proceso de Perú para saber como actuar en las próximas revueltas que definitivamente van surgir.

El levante popular en Perú ya entró en su segundo mes y aún no ha sido controlado por el régimen.

El gran Estallido Popular chileno del 18 de octubre de 2019 fue controlado en aproximadamente un mes. A partir del 15 de noviembre todos los partidos políticos se unieron para darle una salida institucional por medio de la Convención Constituyente. El desmonte vino gradualmente hasta la imposición de la “pandemia” y el gobierno Boric que intentó disfrazarse de allendista, peron no pasó un títere del imperialismo norteamericano que, en la práctica, le dio continuidad a las políticas pinochetista del gobierno de Piñera.

En Colombia, el levante popular del año pasado duró dos meses, pero estuvo centrado en pocas ciudades, aunque eran las principales. Para controlarlo también usaron las elecciones y pusieron en escena al ex guerrillero y ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro, celebrado como el primer gobierno de izquierda en Colombia. En la práctica, Petro mantiene todas las estructuras del estado narcoparamilitar más importante de América Latina, que es responsable por 80% de la cocaína mundial. Sobre las nueve bases norteamericanas en el país y la propia cocaína ni una única palabra.

Perú había sido estabilizado después de la derrota de los movimientos guerrilleros de Sendero Luminoso y Tupac Amaruc por el gobierno de Fujimori. La base material fue la minería, que aplica métodos de producción de los más modernos.

Las fuerzas represivas se transformaron en unas de las más eficientes.

Al Estallido peruano (para variar) nadie lo esperaba

Y mucho menos que el Estallido pasara por la maniobra de Pedro Castillo de bajar al Congreso y llamar a elecciones. El propio Castillo enfrentaba desde hacía algunos meses enormes manifestaciones no solamente promovidas por la derecha, sino también por movimientos sociales y de izquierda.

El viernes 13, en la ciudad de Lima, se realizó la Asamblea Nacional de Delegados de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), y tomó el acuerdo de realizar un Paro Nacional el día jueves 19 de enero.

El lunes 16, también en la ciudad de Lima, se llevó a cabo la Asamblea Nacional de los Pueblos, dónde la ratificación del Paro Nacional para el 19 de enero fue un mero trámite.

El domingo 15, en una entrevista a un medio de comunicación nacional, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, reiteró que la presidente del país, Dina Boluarte, no va a renunciar y que “continuará con sus esfuerzos de pacificar el país”. Es decir, se continúa con la necedad, a pesar de los 48 fallecidos, y no sé vislumbra una pronta solución.

Es innegable que el Paro Nacional del 19 de enero, va a marcar el punto más alto de las protestas que actualmente se vienen dando. A partir de ese día, de acuerdo a su contundencia y a la respuesta que dé el gobierno, se entrará a otra etapa, cuyo desenlace aún no se puede prever.

América Latina es uno de los puntos débiles de la cadena del capitalismo mundial.

La crisis capitalista avanza con mucha fuerza y rapidez en la región.

La burguesía y el imperialismo aprietan con fuerza para salvarse de su crisis, y fortalecen los mecanismos represivos para intentar controlar las revueltas y las revoluciones.

Pero la rueda de la historia gira hacia delante. Es la crisis del sistema capitalista el motor que pone en movimiento a los trabajadores y a las masas.

Es este movimiento lo que pondrá nuevamente la necesidad de reconstruir las organizaciones sociales clasistas y de lucha, y al movimiento revolucionario, en la región y en el mundo.

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