¿Cuál es la importancia de Perú para los Estados Unidos?

Cuando analizamos la revuelta en Perú, que ya dura casi dos meses, la pregunta que más se destaca es porque el imperialismo norteamericano no la rompió usando la clásica política de llamar a elecciones, engañar a los trabajadores y al pueblo con falsa promesas, y posteriormente, conforme la situación política se vaya estabilizando quitarles todo lo que le otorgaron, bajo la presión de la revuelta.

La respuesta sólo puede estar en el aumento de la crisis interna bajo la fuerte presión del amo de América Latina, el imperialismo norteamericano, que precisa mantener la paz en su patio trasero mientras avanza con su política militar para desviar la mayor crisis capitalista de la historia.

La nueva escalada de la especulación financiera hace temblar el capitalismo

Perú es uno de los países que más ha enfrentado la desestabilización social y política, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial.

Después de la Revolución Cubana, ni siquiera la Alianza Para el Progreso del Presidente Kennedy, fue suficiente para contener la desestabilización en el Perú y en los países andinos.

Ese fue el contexto que llevó al gobierno del general Velazco Alvarado, que derrocó el gobierno de Fernando Belaúnde Terry en 1968 y estableció un gobierno militar nacionalista hasta 1975.

La desestabilización del país ya en la década de 1960 había llevado al gran movimiento campesino en la región del Cuzco, liderado por Hugo Blanco.

El movimiento encabezado por Sendero Luminoso, liderado por el profesor Abimael Guzmán (Camarada Gonzalo), sobre esas bases desarrolló la Guerra Popular Prolongada que se extendió entre 1980 y 1993 aproximadamente, y que fue un gran movimiento de masas dirigida por un partido militarizado, el Partido Comunista del Perú.

El gobierno de Terry, muy desestabilizado por la crisis política y económica fue sustituido por los gobiernos de Fujimori en 1990, que consiguieron estabilizar la crisis aplicando las políticas “neoliberales” del FMI (Fondo Monetario Internacional).

Aplicando la política de contrainsurgencia, con asesores de los Estados Unidos y Francia principalmente, el gobierno Fujimori derrotó a Sendero Luminoso y al MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaruc) al inicio de la década de 1990.

La guerrilla actual que aún actúa en el VRAEM (Valle de los Ríos Apurimac, Ene y Mantaro) en los departamentos sureños de Junín, Huancavelica, Cusco y Ayacucho es insignificante, y la región está cercada por el Ejército. Pero es parte de los síntomas que nos recuerda que el fermento de la revuelta social sigue vivo.

La actual revuelta popular

El actual Estallido Social empezó hace casi dos meses.

Lo que más llama la atención es la chispa que lo disparó.

El gobierno de Castillo estaba muy desgastado, tanto que enfrentaba manifestaciones enormes hasta desde la izquierda, por el movimiento de masas.

Pero bastó el golpe contra Castillo que el movimiento de masas despertó de manera espontánea.

El papel de los partidos políticos y de las organizaciones de masas burocratizadas (principalmente, la CGTP, Confederación de los Trabajadores del Perú) ha sido muy baja.

Pero han llamado a paros bajo la presión del movimiento de masas, en contra del gobierno de Dina Boluarte, por elecciones generales y una asamblea constituyente.

Los paros han sido impulsados por delegados trabajadores de la CGTP y han sido acompañados de muchos cortes de carreteras.

La tregua a la que llama Boluarte no ha sido reconocida por nadie, aún más después de los más de 50 asesinados y más de 1.000 heridos por las fuerzas represivas.

Recientemente, el Congreso rechazó la propuesta de nuevas elecciones, con 45 votos a favor, 65 en contra y dos abstenciones.

En la ciudad de Arequipa, la segunda ciudad más importante del Perú después de Lima, en las instalaciones de la Federación Departamental de Trabajadores de Arequipa (FDTA), se ha llevado a cabo el Primer Encuentro Macroregional del Sur del Perú con representantes de diversas organizaciones sociales de siete regiones del gran sur: Moquegua, Arequipa, Puno, Cusco, Madre de Dios, Apurimac y Ayacucho.

Nuevas organizaciones han surgido. Por ejemplo, el Fredepa (Frente de Defensa de Ayacucho), que ha tenido varios de sus miembros presos.

Hay varios movimientos indígenas, principalmente los provenientes del Sur, de las regiones de Apurímac, Puno, Cusco, Ayacucho y Andahuaylas.

El movimiento estudiantil volvió a renacer a partir de los estudiantes de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno y la Universidad Nacional de Juliaca, así como los estudiantes de San Román, Azángaro.