De la “guerra al terror” a la guerra contra la población

De la “guerra al terror” a la guerra contra la población

En el último período, durante el gobierno Biden, los atentados terroristas en los Estados Unidos aumentaron en número e intensidad.

En los últimos días hubo una masacre en una escuela en Tejas (un joven de 18 años mató 21 personas en una escuela primaria antes de ser muerto por la policía), y a continuación también en un centro médico en Oklahoma (un hombre armado con un fusil y un revolver mató cuatro personas) y en un supermercado en Buffalo, Nueva York (un hombre blanco de extrema derecha asesinó 10 personas).

Como consecuencia, el propio Joe Biden le pidió al Congreso el aprieto de las actuales facilidades para adquirir y poseer armas en los Estados Unidos. El gobierno busca principalmente prohibir la venta de armas de asalto, los cargadores de alta capacidad y el aumento de la edad para comprar armas más letales para los mayores de 21 años.

Para reforzar la petición, la «divina providencia», hizo con que el 5 de junio del 2022, hubiera otro atentado terrorista. Esta vez fue cerca de un bar en el estado de Tennessee que dejó tres muertos y 14 heridos.

Aparentemente nada sería más lógico, principalmente viniendo de un gobierno formado por muchos negros, mujeres, gays y descendientes de inmigrantes.

Pero el gobierno Biden desde su inicio se posicionó como el gobierno de los “Señores de la Guerra”, contra el fascista Donald Trump que se recusaba a expandir la política guerrerista. Uno de los casos más emblemáticos es el del ex general Austin, ex vendedor de armas de la Raytheon, una de las principales empresas del complejo industrial militar, y actual Ministro de la Defensa.

La agudización de la crisis capitalista al nivel de haberse desarrollado como la peor crisis de todos los tiempos, le obligó a la burguesía, y principalmente a la principal potencia mundial, a buscar cualquier tipo de solución posible para evitar la bancarrota de las super grandes empresas capitalistas.

Con la “pandemia”, fue levantada una gigantesca cortina de humo que permitió el repase de volúmenes absurdos de recursos públicos a los capitalistas. El efecto colateral fue que las ganancias se salvaron, pero a costas del aumento de la crisis.

Nuevamente al principio de este año, volvió a ocurrir el fenómeno que antecedió a la “pandemia”: la inversión de las “tasas de remuneración” de la especulación financiera. Las inversiones especulativas a corto plazo pasaron a pagar lo mismo, o aún más, que las “inversiones” a 20 o 30 años.

Fue en este contexto que Rusia, que es una superpotencia militar a pesar de ser una potencia económica secundaria, fue empujada a la guerra en Ucrania, principalmente por ser el aliado más débil de la alianza con China. Según varios funcionarios del primer nivel del gobierno de los Estados Unidos, China es su enemigo más peligroso de todos los tiempos.

¿Quién está por detrás de los atentados terroristas?

La propaganda burguesa nos cuenta que los atentados serían cometidos por personas con problemas sicológicos o siquiátricos con fácil acceso a armas.

¿Pero sería simplemente eso?

Como no tenemos acceso a las informaciones de los servicios de inteligencia, nos valemos de la siempre útil pregunta, “¿a quién beneficia?”.

Conforme la crisis avanza, el descontento de las masas aumenta, y solo puede aumentar. El motor de las revueltas sociales y de las revoluciones es la crisis capitalista evidentemente.

El claro empeoramiento de la crisis en los Estados Unidos supone un gran peligro para todo el sistema capitalista mundial, principalmente considerando que una buena parte de la población está armada.

Lo que tenemos ahora es una nueva versión del “estado de shock” desatado por el imperialismo norteamericano después de los atentados de las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001.

A partir del “estado de shock” es desatada una intensa campaña de PsyOp (operación sicológica) para dejar a la población paralizada y así poder imponer todo tipo de abusos.

El capitalismo se encuentra en su etapa más decrépita y decadente, lo que implica que se haya vuelto mucho más agresivo en el intento de salvarse de su crisis.

Es preciso enfrentarlo. ¿Pero cómo hacerlo?

Los verdaderos revolucionarios tenemos el deber de prepararnos con total energía para organizar las luchas que vayan surgiendo, que tienden a ser cada vez mayores y en escala mundial.

Evidentemente, la burguesía juega, y muy duro. Por eso aumenta la represión y recurre a la guerra, al fascismo, a los estados de sitio y a las cortes marciales.

La contrarrevolución anda de la mano de la revolución, y viceversa.

En el próximo período, está puesto el enfrentamiento abierto de la burguesía mundial y los trabajadores.

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2 comentarios en «De la “guerra al terror” a la guerra contra la población»

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