“Un nuevo orden mundial más justo”

El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró: “un nuevo orden mundial más justo está tomando forma delante de nuestros ojos”.

Es el llamado “mundo multilateral”, liderado por China y Rusia y que cuenta con los países que mantienen contradicciones con el imperialismo norteamericano, la potencia dominante.

El problema de ese “mundo multilateral” es que tiene que ser impuesto en contra de la dominación del imperialismo norteamericano, de su control del mercado mundial.

Vivimos en la sociedad capitalista, que es regida por las leyes del capitalismo, que en su esencia fueron descritas de manera magistral por Karl Marx en la obra cumbre del socialismo científico, El Capital.

La ley más central del capitalismo es la ley valor-trabajo que implica en la búsqueda incesante por las mayores ganancias, a cualquier costo. Incluso, porque la burguesía actúa como personificación del capital.

No hay nada de filantropía, sino la brutal dictadura del capital. Para todas las clases sociales.

Los trabajadores, que son el polo de generación del valor y de la explotación del capital, tienen el potencial de levantarse contra la explotación capitalista, destruir su estado, el estado burgués, expropiar a la burguesía y socializar la propiedad de los medios de producción.

¿Y los trabajadores?

Pero hoy en día los trabajadores no entraron en movimiento aún. Están apenas bostezando, apenas despertando del largo “sueño neoliberal” que fueron el conjunto de políticas aplicadas a escala mundial a partir de la década de 1980 para destruir el movimiento obrero y revolucionario en Occidente, y estabilizar la caída de las tasas de ganancias.

El llamado “neoliberalismo” entró en etapa terminal con el colapso capitalista de 2008 lo que escaló todas sus contradicciones.

Por ahora las contradicciones fundamentales aparecen como siendo las contradicciones inter-burguesas, que condujeron a la guerra en Ucrania, para empezar, como aperitivo de las grandes guerras que vienen a seguir, como la “salida” capitalista para su mayor crisis histórica.

Le puede interesar: ¿Los trabajadores votan en el fascismo?

Para imponer el “multilateralismo” al imperialismo norteamericano es necesario derrotarlo militarmente primero. Y como estamos viendo en los acontecimientos contra Alemania, no será una tarea poco sangrienta.

Otro ejemplo son las huelgas de las principales refinerías de Francia y lagunas centrales nucleares que muestran como el movimiento de los trabajadores asciende a medida que la crisis aprieta.

La política de Lula de “resolver todo en por medio de conversaciones” puede valer para cooptar líderes corruptos de los sindicatos y los movimientos sociales, pero no para redefinir el mercado mundial, que hasta ahora solo ha sido redefinido por medio de guerras muy sangrientas.

Para el próximo período, debemos esperar guerras aún peores que las actuales, mucho más crisis, situación insoportable para los trabajadores y los sectores oprimidos de la sociedad; dictaduras cada vez más feroces, fascismo, como ya lo vemos creciendo a todo vapor en Europa. Y en paralelo, veremos revueltas, revoluciones y un gran ascenso del movimiento de masas.

Cualquier revolucionario serio que tenga como objetivo incidir en la situación política debe actuar sobre ese escenario.