Reflexiones sobre la situación revolucionaria en Sri Lanka

Reflexiones sobre la situación revolucionaria en Sri Lanka

Los recientes acontecimientos en Sri Lanka (antiguo Ceylán) merecen algunas importantes consideraciones, dado el nivel de las movilizaciones populares.

La desestabilización del país se había acelerado desde el año de 2016 aproximadamente, y aún más desde el año 2018, coincidiendo aproximadamente con el nuevo ascenso de la crisis capitalista mundial del 2008, que había sido medianamente contenido, con muchos recursos públicos, pero que en los últimos años ha aparecido nuevamente con enorme intensidad.

En el 2018, el gobierno pro-China sufrió una seria crisis cuando la falla del gobierno de pagarle las deudas a China llevó a entregarle el principal puerto del país. India puso su presión para bajar el gobierno e imponer un gobierno pro-India.

Hasta ese punto, el problema en Sri Lanka aparece como en la mayoría de los países como una disputa entre potencias capitalistas.

Pero la lucha de clases no solo acontece entre fracciones de la misma clase social, sino que la principal forma de la lucha de clases se da entre las clases sociales antagónicas.

Los trabajadores y las masas fueron empujados a la revuelta porque la situación se volvió insoportable, con la inflación, la carestía de la vida y el desempleo en primer lugar.

La fuerza de las manifestaciones populares fue tanta que después de haber tomado la residencia presidencial, el presidente huyó y anunció su renuncia.

La burguesía anunció un gobierno de coalición de todos los partidos políticos. Las manifestaciones continuaron para eliminar de la coalición al partido del gobierno que había acabado de ser derrotado.

De la situación revolucionaria a la insurrección

Con estos hechos vemos que la situación revolucionaria que se abrió no evolucionó para una situación insurreccional y que la burguesía pudo canalizar la crisis por las vías parlamentarias que controla. Obviamente se ha visto obligada a hacer algunas concesiones por la fuerza de la presión popular y apuesta a, conforme vaya estabilizando la situación política, simplemente quitarlas, como es la recurrente política de la burguesía. Toda ganancia o derrota depende de la correlación de fuerzas.

La falta de un partido revolucionario capaz de influenciar y direccionar el movimiento de masas es un factor fundamental de que los trabajadores y las masas no consigan superar a la burguesía.

Al mismo tiempo, la agudización de la crisis y de la lucha de clases, pone cada vez más a todas las clases sociales, y en primer lugar a la burguesía y a los trabajadores, a avanzar en el sentido de soluciones radicales para salvar sus intereses.

La burguesía dirige el mundo a la guerra. Los trabajadores están empezando a hacer sus experiencias en movilizaciones defensivas. La dureza de la propia realidad les irá mostrando la necesidad de tomar el poder político y de la expropiación del gran capital.

Nuestra principal tarea como revolucionarios es agruparnos en torno al programa revolucionario y llevarlo a las masas como soluciones para sus problemas concretos. Es la fusión del socialismo revolucionario con el movimiento de masas, la cual los grandes maestros del marxismo siempre nos enseñaron.

¡Esa es nuestra tarea en este momento histórico que lo hemos esperado en los últimos 35 años por lo menos!

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