La muerte de Elizabeth II, la guerra y la revolución

La muerte de Elizabeth II, la guerra y la revolución

A los 96 años muere reina Elizabeth Mil millones de libras van a ser gastos con el funeral. ¿Cómo se quedará la situación del país con estos nuevos gastos y el país en crisis?

El 8 de septiembre falleció la monarca más longeva de la historia de la monarquía británica.

Elizabeth II será substituída por el príncipe Charles, como Charles III.

Ese acontecimiento sucede en medio de una de las peores crisis de Inglaterra y del Imperio Británico, impactado violentamente por la mayor crisis capitalista de todos los tiempos.

La monarquía actual tiene sus orígenes en la derrota de la República (1649-1658) que surgió de la Revolución Puritana (1641-1649) liderada por Oliver Cromwell que acabó con el Rey Carlos I decapitado.

Esos acontecimientos representaron el enfrentamiento de la burguesía que estaba en ascenso y la nobleza medieval.

La Dinastía Tudor había fortalecido la burguesía. La entrada en escena de la Dinastía Stuart, con la sucesión a favor de Elizabeth I. Su sucesor Jaime I y su hijo Carlos I buscaron fortalecer nuevamente a la nobleza medieval.

En 1658, los nobles realistas organizaron una contrarrevolución, conocida como la Restauración Monárquica, que acabó con la República e instauró a Carlos II en el trono.

En 1688, la llamada Revolución Gloriosa completaba el ciclo de la revolución burguesa en Inglaterra imponiendo la monarquía constitucional, adecuada a las necesidades de desarrollo del capitalismo, que se mantiene hasta hoy.

Una de las principales familias de la burguesía imperialista

La monarquía británica no solamente implica altos gastos para el estado británico, sino que la familia real representa una de las familias de la burguesía imperialista más importante en el mundo, que actúa principalmente por medio de su principal empresa holding, el Alphagroup.

Inglaterra fue la principal potencia capitalista hasta la Primera Guerra Mundial, cuando fue substituida por el naciente imperialismo norteamericano. Con la Independencia de la India, el imperialismo británico se convirtió en una potencia de segunda orden.

La pujanza industrial, con la agudización de las contradicciones capitalistas, fundamentalmente desde la década de 1970, fue sustituida por la especulación financiera.

La Citi de Londres es el paraíso de la especulación financiera mundial. Existe en unos pocos kilómetros cuadrados en el centro de Londres, gobernado por un alcalde que ni siquiera está sometido a la autoridad de la Monarquía. Es el vale todo de los derivados financieros, controlados por los super bancos y los super fondos de la especulación mundial, y que arrastraron a todas las grandes empresas en el intento por estabilizar la creciente caída de las tasas de ganancias.

Es el centro de la creciente bola de nieve del capital ficticio que representa la verdadera bomba atómica interna del capitalismo.

De la democracia a la guerra

Inglaterra siempre fue conocida como el imperio de la democracia liberal burguesa.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la burguesía impuso la derrota del derechista que había liderado la victoria, Winston Churchill. En su lugar, impuso la victoria del laborista de izquierda Atkin que, entre otras cosas creó un sistema de salud pública mejor que el de la Unión Soviética.

La crisis que se abrió con la crisis mundial de 1974 fue contenida con el Thatcherismo, viabilizado con la victoria en la Guerra de las Malvinas en 1982.

El llamado “neoliberalismo” pasó a ser catapultado, junto con el imperialismo norteamericano, al mundo. Los ataques contra el movimiento obrero occidental y el movimiento revolucionarios escalaron.

La contención del ascenso de masas entró en crisis a partir del colapso capitalista de 2008.

La política del imperialismo británico ha sido cada vez más errática y sometida al imperialismo norteamericano. No solo por la participación en los llamados Cinco Ojos sino en el fortalecimiento del bloque contra China-Rusia, la guerra y la especulación financiera.

La reciente indicación de Liz Truss como nueva primera ministra, que sería validada por la Reina, es una Thatcherista declarada. Ella está abiertamente a favor de la guerra como salida para la crisis, a favor de aumentar el favorecimiento de la especulación financiera y del aumento de los ataques contra el movimiento de masas.

El sistema político británico va mucho más lejos que la propia existencia de la monarquía.

El movimiento obrero y de masas británico comenzó a entrar en movimiento después de casi 40 años. La salida de la crisis para la mayoría de la población pasa por la lucha a favor de los propios intereses, por la estructuración de consejos populares y de trabajadores.

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1 comentario en «La muerte de Elizabeth II, la guerra y la revolución»

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